martes, 16 de febrero de 2010

Lago Nahuel Huapi - Brazo Blest (I)

VISTA DEL NAHUEL HUAPI DESDE EL CERRO CAMPANARIO
En el corazón del Parque Nacional Nahuel Huapi se encuentra un gigante de aguas azules y transparentes. El lago, que lleva el mismo nombre del parque -en araucano, "Isla del Yaguar"- tiene una superficie de 557 kilómetros cuadrados. Por sus aguas pasa el límite entre las provincias de Río Negro, al sur, y Neuquén, al norte. Como todos los lagos de la patagonia andina, es un hoyo cavado por las masas de hielo que hace un millon de años avanzaron desde la Cordillera de los Andes sobre los valles de los ríos y que, al retroceder los glaciares, se llenaron de las aguas de deshielo.

LAS AGUAS DEL NAHUEL HUAPI FRENTE A LA COSTA DE BARILOCHE

El Nahuel Huapi está a 700 msnm y es la naciente del magnífico Río Limay. Sus siete brazos son testimonio de la fuerza del hielo que horadó la piedra con caprichosos dibujos.

El brazo Blest -encerrado con rojo en el mapa- se adentra entre escarpadas orillas hasta el límite con Chile. En su extremo oeste se sitúan Puerto Cántaros, Puerto Blest y la ruta utilizada por los primeros exploradores que llegaron a esta zona desde Puerto Mont, en Chile.

No hay camino terrestre desde Bariloche a Puerto Blest. La única forma de llegar es trasladarse hasta Puerto Pañuelo, en la Península Llao Llao, frente a la emblemática postal del homónimo hotel resort, y abordar un catamarán.
HOTEL RESORT LLAO LLAO


DEJANDO ATRÁS LA PENÍNSULA

Avanzar por el brazo Blest, una mañana clara, sin viento, con el sol casi obligándonos a quitar la ropa para disfrutarlo en la cubierta de la embarcación, en medio de un hechizante paisaje durante una hora y media de travesía, es una experiencia inolvidable.

ISLA CENTINELA

En la Isla Centinela están enterrados los restos del Perito Moreno, su esposa e hijo. Los argentinos le debemos a Francisco Moreno, entre otras cosas, las primeras investigaciones geológicas, antropológicas y arqueológicas sobre la Patagonia; la brillante intervención en un conflicto limítrofe con Chile, la donación de las tierras donde hoy se encuentra el Parque Nacional Nahuel Huapi y la intención de la creación de los parques nacionales.

Todas las embarcaciones que pasan frente a la isla, le rinden un homenaje a Francisco Moreno. Cuando el barco se detiene y hace sonar tres veces su sirena, uno se llena de emoción y reconocimiento por este héroe que la historia nacional tiene injustamente olvidado. Tantas veces hablamos en abstracto de soberanía y desconocemos a quienes la han defendido despojándose totalmente de intereses personales. Me he traído el compromiso de difundir entre los niños de mi escuela, la obra de este argentino ejemplar.


Los cordones montañosos, Berutti y Nevado, dan origen a innumerables cascadas que se precipitan por las laderas, entre la tupida vegetación de la selva valdiviana, para volcar sus aguas en el lago.



Es, sin duda, la Cascada Blanca la que pone las bocas en O. Desde lejos parece congelada, pero al acercarnos nos hechiza el blanco inmaculado de las aguas, modelando suaves formas en la roca mientras se despeña hacia el lago interpretando una sinfonía que nos deja, por largo rato, en un tácito acuerdo de silencio. Hasta el borde mismo del lago llega la exuberante vegetación de la selva valdiviana. Y ya divisamos Puerto Cántaros.


Aquí nos detenemos con una propuesta. Ascender bordeando la Cascada de los Cántaros, por un sendero umbrío y empinado, entre alerces, ciprés, coihues y canto de pájaros. A la izquierda nos acompaña la vista y el sonido de la cascada. Son 750 escalones y tiene, este ascenso, el encanto de hacerse en soledad...



...no todos resisten la subida, y los que nos animamos lo hacemos en un ritmo diferente unos de otros...en silencio, aspirando un aroma embriagador, que diría se asemeja al del laurel. Sin prisa pero sin pausa es la consigna. Llegar hasta el final tiene una recompensa que justifica el empeño. A 850 msnm, se encuentra el Lago Cántaros, el origen de la cascada que bordeamos y que lo desagua en el Nahuel huapi, 150 metros abajo.

Mírenlo...



Todavía unos metros arriba espera otra sorpresa, un tocón de alerce y un alerce milenario.


Dicen los respectivos carteles:

"Huellas del Hombre. Este tocón de alerce es testigo de épocas pasadas. Nuestra madera fue un excelente recurso para construcciones típicas de la región. Hacia principios de 1900 mi hogar fue amenazado por la explotación forestal. La creación del Parque Nacional Nahuel Huapi aseguró no sólo nuestra protección...desde entonces esta selva se recupera lentamente"

"Una historia en 1500 anillos. Sabías, otros como este ejemplar, guardan información que permitirá comprender la tendencia climática de los últimos milenios. El estudio de sus anillos puede descifrar los acontecimientos que presenció en su vida, sequías, terremotos, temperatura. Tus hijos y nietos buscarán en nosotros comprender su pasado, nuestro presente"

Otra vez en soledad comienza el descenso. Poco a poco nos vamos sumando camino al embarcadero en el que vendrán a buscarnos para ir a Puerto Blest. Casi nadie habla...

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Cliqueando en el título de la entrada pueden acceder a las diapositivas de las imágenes.

lunes, 1 de febrero de 2010

Ya no debo equivocarme...


Ya no puedo equivocarme, sos el último en mi vida,
y es la última moneda que me queda por jugar.
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Pero si la mala suerte me acomoda el cachetazo
con que siempre está amagando para hacerme fracasar,
no podré sobreponerme a este último fracaso
y yo seré como un grillo, muerta al pie de tu ceniza.


La decisión está tomada. Y así me encuentro, parafraseando este lindo tanguito y cantándoselo a mi último pucho.

¿Será?

Mañana cuando despierte para ir a trabajar me enfrentaré con la primera prueba y el intento de no caer por tercera vez.

Será difícil, lo sé. Empecé siendo joven, pero ya adulta. Al tiempo quedé embarazada y dejé por primera vez. Ese embarazo terminó abruptamente pasados unos meses y me dejó con los brazos vacíos. Volviendo de la clínica me detuve a comprar cigarrillos.

Cuando quedé embarazada de mi hija mayor, dejé por segunda vez y estuve veintitrés años sin tocar un cigarrillo. Ella empezó a fumar hace casi cuatro años y durante el café de sobremesa que compartíamos, una pitadita, otra y así hasta los 20 diarios. No quiero pensar cómo haré para evitar la tentación. Ahora dejaré sobre la mesa el atado con los que han quedado, porque no es cuestión de no tener, sino de poder decir no. Ya les contaré.

Ahora háganlo ustedes ¿Fuman? ¿Lo han hecho? ¿Por qué dejaron? ¿Cómo hicieron? ¿Les costó?
Muchas gracias por los comentarios en la entrada anterior y los buenos deseos. Se han cumplido con creces. Poquito a poco los iré visitando a todos.

Los versos que encabezan la entrada son del tango La Última, de Julio Camilloni y en realidad dicen así:

Ya no puedo equivocarme, sos la última en mi vida,
y es la última moneda que me queda por jugar.
.......................................................
Pero si la mala suerte me acomoda el cachetazo
con que siempre está amagando para hacerme fracasar,
no podré sobreponerme a este último fracaso
y yo seré como un grillo, muerto al pie de tu rosal.