
LAS AGUAS DEL NAHUEL HUAPI FRENTE A LA COSTA DE BARILOCHE
El Nahuel Huapi está a 700 msnm y es la naciente del magnífico Río Limay. Sus siete brazos son testimonio de la fuerza del hielo que horadó la piedra con caprichosos dibujos.
El brazo Blest -encerrado con rojo en el mapa- se adentra entre escarpadas orillas hasta el límite con Chile. En su extremo oeste se sitúan Puerto Cántaros, Puerto Blest y la ruta utilizada por los primeros exploradores que llegaron a esta zona desde Puerto Mont, en Chile.
No hay camino terrestre desde Bariloche a Puerto Blest. La única forma de llegar es trasladarse hasta Puerto Pañuelo, en la Península Llao Llao, frente a la emblemática postal del homónimo hotel resort, y abordar un catamarán.
HOTEL RESORT LLAO LLAO
Avanzar por el brazo Blest, una mañana clara, sin viento, con el sol casi obligándonos a quitar la ropa para disfrutarlo en la cubierta de la embarcación, en medio de un hechizante paisaje durante una hora y media de travesía, es una experiencia inolvidable.

En la Isla Centinela están enterrados los restos del Perito Moreno, su esposa e hijo. Los argentinos le debemos a Francisco Moreno, entre otras cosas, las primeras investigaciones geológicas, antropológicas y arqueológicas sobre la Patagonia; la brillante intervención en un conflicto limítrofe con Chile, la donación de las tierras donde hoy se encuentra el Parque Nacional Nahuel Huapi y la intención de la creación de los parques nacionales.
Todas las embarcaciones que pasan frente a la isla, le rinden un homenaje a Francisco Moreno. Cuando el barco se detiene y hace sonar tres veces su sirena, uno se llena de emoción y reconocimiento por este héroe que la historia nacional tiene injustamente olvidado. Tantas veces hablamos en abstracto de soberanía y desconocemos a quienes la han defendido despojándose totalmente de intereses personales. Me he traído el compromiso de difundir entre los niños de mi escuela, la obra de este argentino ejemplar.
Los cordones montañosos, Berutti y Nevado, dan origen a innumerables cascadas que se precipitan por las laderas, entre la tupida vegetación de la selva valdiviana, para volcar sus aguas en el lago.
Es, sin duda, la Cascada Blanca la que pone las bocas en O. Desde lejos parece congelada, pero al acercarnos nos hechiza el blanco inmaculado de las aguas, modelando suaves formas en la roca mientras se despeña hacia el lago interpretando una sinfonía que nos deja, por largo rato, en un tácito acuerdo de silencio.
Hasta el borde mismo del lago llega la exuberante vegetación de la selva valdiviana. Y ya divisamos Puerto Cántaros.
Aquí nos detenemos con una propuesta. Ascender bordeando la Cascada de los Cántaros, por un sendero umbrío y empinado, entre alerces, ciprés, coihues y canto de pájaros. A la izquierda nos acompaña la vista y el sonido de la cascada. Son 750 escalones y tiene, este ascenso, el encanto de hacerse en soledad...
...no todos resisten la subida, y los que nos animamos lo hacemos en un ritmo diferente unos de otros...en silencio, aspirando un aroma embriagador, que diría se asemeja al del laurel. Sin prisa pero sin pausa es la consigna. Llegar hasta el final tiene una recompensa que justifica el empeño. A 850 msnm, se encuentra el Lago Cántaros, el origen de la cascada que bordeamos y que lo desagua en el Nahuel huapi, 150 metros abajo.
Mírenlo...
Todavía unos metros arriba espera otra sorpresa, un tocón de alerce y un alerce milenario.
Dicen los respectivos carteles:
"Huellas del Hombre. Este tocón de alerce es testigo de épocas pasadas. Nuestra madera fue un excelente recurso para construcciones típicas de la región. Hacia principios de 1900 mi hogar fue amenazado por la explotación forestal. La creación del Parque Nacional Nahuel Huapi aseguró no sólo nuestra protección...desde entonces esta selva se recupera lentamente"
"Una historia en 1500 anillos. Sabías, otros como este ejemplar, guardan información que permitirá comprender la tendencia climática de los últimos milenios. El estudio de sus anillos puede descifrar los acontecimientos que presenció en su vida, sequías, terremotos, temperatura. Tus hijos y nietos buscarán en nosotros comprender su pasado, nuestro presente"
Otra vez en soledad comienza el descenso. Poco a poco nos vamos sumando camino al embarcadero en el que vendrán a buscarnos para ir a Puerto Blest. Casi nadie habla...
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