lunes, 2 de marzo de 2009

Miedos

EN EL PALOMAR DEL PARQUE ALEM
También me daban un poquito de miedo las palomas
cuando venían todas juntas a buscar el maíz.

Cuéntame ¿A qué le temías cuando eras pequeña? – pregunta Ev con su dulce y tranquila voz. Nunca escuché la voz de Ev, pero para mí es así, tierna y calma.
Emprendo entonces un viaje hacia mi infancia. Encuentro pocos miedos duraderos. Casi todos, sobresaltos infantiles por algún episodio que cuando se resolvía dejaba lugar a otros temores.
Sólo uno perduró por mucho tiempo.
Tenía pavor al abandono...y era totalmente infundado. Fui una niña muy mimada y protegida. Hija única hasta los once años, primera nieta y primera sobrina de la familia paterna que vivía geográficamente cerca, estaba siempre rodeada de cariño ¿Por qué entonces sufría y me angustiaba tanto las pocas veces que mi mamá se alejaba dejándome con algún familiar? Pendiente del reloj, callada y triste, tejía mil historias que impedirían a mamá volver a buscarme.
Como he ganado años pero la etapa de los por qué aún no la superé, encontré una posible justificación a aquel temor.
Tenía casi tres años y hacía con mi muñeca lo que hacían conmigo. Contarle cuentos y entretenerla persuadiéndola de que comiera (mal hecho mami). Le preparé un día una sabrosa comidita de frutos negros, esféricos, pequeños, a la que agregué unas hojas de ligustrina (había que comer fruta y verdura decía mamá) y mientras le contaba historias a mi nena, comimos las dos aquella tarde en el jardín. Grave, muy grave me puse y permanecí varias semanas en la sala de cuidados intensivos. Mis recuerdos son vagos, pero no me olvido del espanto que sentía cuando mis papás eran obligados a retirarse de la sala, ni de la tremenda zozobra que me producía quedarme sola ahí. Creo que de aquellos atroces momentos me quedó el miedo al desamparo. Sé que para mis papás fue duro y difícil porque los médicos decían que ya no podían hacer nada. Ellos abandonaban el sanatorio sólo para alejarse un par de cuadras, hasta la Iglesia de María Auxiliadora. Y a la Virgen mi mamá prometía cosas para que yo sanara. Entre tantas, que tomaría mi Primera Comunión en esa Iglesia.
El milagro se produjo...acá estoy, pero arrastré las consecuencias de la intoxicación hasta los doce años y empecé a vivir las consecuencias de la promesa varios meses antes de cumplir los ocho.
Me “abandonó” un día mamá en casa de mi tía y regresó con varios libritos. El sacerdote de María Auxiliadora le había dicho que no correspondía que yo tomara la comunión ahí. Pero ella le contó que la Virgen había cumplido su compromiso y tocaba ahora llevar a cabo lo pactado, le rogó, le suplicó tanto, que conociéndola a mi mamá creo que el párroco habrá pedido clemencia al Cielo y encontró una solución.
- Que la niña estudie todo esto, que se lo aprenda muy bien y luego tráigala que le voy a tomar unos exámenes.
Y así estuvimos días y días, meses. Yo era una nena obediente y estudiosa, aunque sinceramente, a los siete años, memorizando los fundamentos de la Iglesia Católica, las oraciones, festividades y quién sabe cuánto más, no me veía ni me veo...pero mi mamá tenía tal entusiasmo que me aterraba defraudarla.
Entonces llegaron los días temidos. Durante una semana, todas las tardes, íbamos las dos al Colegio de los Salecianos, repitiendo en el colectivo las lecciones por milésima vez.
En un inmenso cuarto vacío, en penumbras, yo me enfrentaba, solita y atemorizada, a ese gigante vestido de negro. Sentados frente a frente él me miraba fijo y me interrogaba.
A mí me recorría un estremecimiento. Con terror a un castigo desmesurado y desconocido, le iba relatando la Creación, la tentación, la desobediencia, el pecado, la caída, la promesa y la llegada del Redentor.
Él entrecerraba los ojos y apenas asentía. Yo esperaba con pánico que los volviera a abrir arrojando la próxima pregunta. Me veo ante esa mirada penetrante, contando disimuladamente con mis pequeños dedos mientras recito “No matarás” “No cometerás actos impuros", y me dan ganas de abrazar tibiamente a aquella niña.
El último día hizo entrar a mi mamá y le dijo:
- Está muy bien. Ha pasado la prueba.
A mí, ni buenas tardes. Pero mi mamá me las dio. Nos fuimos al cine y después a comer panqueques de dulce de leche y helado. Eso, y verla despreocupada y dichosa, me llenó de alborozo y disipó mis miedos.
En la confitería, ella me entregó una pequeña Biblia Ilustrada que el gigante de negro le había dado para mí...y pensé ¿Cómo le doy las gracias?...quedó la deuda porque no quise verlo nunca más.
El siguiente 8 de Diciembre tomé mi Primera Comunión en la Parroquia de María Auxiliadora. Acá estoy, no se rían. Tenía una banqueta a cada lado del vestido.



Ev, gracias por el ejercicio de memoria al que me invitaste. Hiciste que evocara muchas cosas lindas y algunos otros miedos de mi infancia. Quizás los cuente en el próximo capítulo.

¿Y a ustedes amigos, qué los atemorizaba?

58 comentarios:

lisebe dijo...

Ay mi querida Susi:

Me has hecho llorar, y de verdad que aún lo estoy, leyendote, es cierto que de pequeñas hacemos cosas fuera del alcance de los papis. Pero que bonita estás ahí entre las palomas, eso me recuerda que cuando yo era pequeñita de tu edad me daban mucho miedo los ratones, y era porque encina de mi cama en el techo en la esquina había un agujero que tapaba la cortina por donde de noche bajaban y subian los ratones.

Mis papis nunca me hicieron caso se pensaron que eran sueños o imaginación pero es hoy y no los puedo ni ver, pensar que pasaban por encima mio, abriéndose paso hasta su mama me dá todavía escalofrios..

Que linda estabas cuando hiciste tu voto de ser católica. Yo agradezco a amis padres que esta decisión la dejaran para cuando tenía más uso de razón y entendimiento.. y eso me llevó a nunca hacer la comunión, ya vés que diferencia.

Pero este escrito ha servido para recordar de que a pesar de todo los papis siempre qquieren lo mejor para nosotros, aunque se equivoquen algunas verces son humanos!!

Y hecho tanto de menos a mi papi que hace cuatro meses que se fué que aún recuerdo un verso que me hizo, el era literato como su padre, y en otra ocasión ya escribiré lo que me dedcicó cuando nací.

Gracias por los recuerdos Susi, y por esas lindas fotos tuyas..

Muchos besos mi amiga de alma.

Susana Peiró dijo...

Susy...me emocionaste dulzura!!!

Antes que nada, muchas gracias por compartir estos recuerdos, y por esas fotossss! (Estás bella!)

De verdad, en mi caso y después de todas las cosas chanchas que comí a tu misma edad, es un milagro que todavía respire!

¿Miedos? sí muchos. El que recuerdo aún es el miedo a morir (me pasé un montón de películas) luego estuvo el tema de los pecados (también tuve una esmerada educación católica)algunos bichos (aún ahora)y a las arañas!

Y no creas, ahora tampoco soy Ohhh, qué valiente! pero al menos aprendí un par de trucos!

Ha sido todo un momento en tu blog!

Un besazo mi cielo!

maracuyá dijo...

LISEBE
y acá estamos las dos llorando juntas...hasta eso!!!
uy los ratones, sí que me moriría de miedo si rondaran mi cama, si ya me pongo nerviosa con una cucaracha.
Si me hubiera pasado como a ti, acá estaría yo sin tomar la primera comunión porque ahora entendería...en ese momento hasta me daba miedo que Dios entrara en mi cuerpo en ese circulito blanco...qué sería eso? y si me olvidé de confesar algún pecado? no encontraba pecados, creo que los inventaba en el confesionario.
Es verdad que los papás nos equivocamos mucho, pero también que siempre pensamos en entregar lo mejor de lo mejor a los hijos, aunque a veces no es lo que ellos necesitan...
Lisebe, será muy lindo leer lo que tu papá te escribió...a mí me escribía mi abuelo, y de lo que hacía mi papá hay una entrada acá, la escribí hace un tiempito, para animarle porque le deprimen sus limitaciones físicas.

Gracias, de verdad amiga del alma.

Muchos, muchos besos para vos

P Vázquez "ORIENTADOR" dijo...

Mis terrores de niño también se los debo a los curas. En la España franquista los curas eran responsables de casi todo; mi miedo era al infierno, al pecado, a confesarme y la eternidad. Hoy no creo en nada de eso, mis miedos no volvieron... bueno sí a los que son más papistas que el Papa dueñosdetodalaverdadylarazón todo junto y a sus miedos.

maracuyá dijo...

SU
gracias...todos los niños son bellos, la inocencia es bella.
Verás que en el comentario anterior hablaba de los pecados.
Me sorprende tu miedo a morir...tan pequeña!!!
jajaja....comías cosas chanchas!!!
yo era un poco asquerosita para las comidas...y sin embargo mirá, debe haber estado horrible la ligustrina.
Después contame los trucos, aunque ahora mis miedos son otros...

Besitos litoraleños a Cuyo

maracuyá dijo...

Tampoco yo tengo esos miedos ahora ORIENTADOR...peeeero tengo otros.
A esos que tú dices les tengo miedo cuando tienen poder y además de sabérselo todo se creen los dueños de las personas.
Ya ves, los niños de entonces teníamos miedo al castigo divino sin haber pecado...igual.
Gracias por contarnos.
Cariños

gamar dijo...

Me atemoriza sentarme a escribir y que no se me caiga ninguna idea.
Me asusta escribir y tirar todo porque es una porquería.
cREO QUE SE ME QUEMÓ ALGO
Saludos

borraeso dijo...

Miedo puntual a los monstruos, que a mi hermana le gustaba jugar a asustarme... pero no era miedo de verdad...

Miedo, miedo, a algunas sotanas y algunos hábitos... no a todos, que también conocí religiosos encantadores y amorosos e inolvidables... pero estaban los otros, a los que les asomaba la cola por debajo de las faldas... la verdad es que olían especial... y me dejaban muda (después de aprender la lección de carretilla, me quedaba muda, incapaz de articular palabra...)... y en el confesionario me venían mareos mientras inventaba pecados que creía que podían serlo, "he desobedecido a mamá, he peleado con mi hermana..."
"Cometiste actos impuros?" "Tardé un rato en lavarme las manos después de comer..."

Eso se va con el tiempo, pero a veces se siguen vislumbrando esos personajillos caducos... de los que sabes que te tienes que esconder... los intransigentes... los que no ven más allá de su ombligo... los todopoderosos...

Preciosa la foto con las palomas... a mi me encantaba corretear con ellas...
Mi vestido de comunión fue corto, minifalda para ser exacto, fui todo el dia enseñando el culo, tirando de la pequeña falda,... no me dejaron desfrazar de princesa ¡qué trauma!.

Un beso, Mara...

Juan Antonio dijo...

Susy

Qué relato más tierno, amiga. La verdad es que escribes muy bien, tan real que pareciera que estamos presenciando esas escenas.

De pequeño tenía miedo a la oscuridad. Recuerdo que en mi casa había un garaje muy grande sin luz, cuando me acercaba a él de noche veia monstruos, con unas cabezas enormes y con unas manazas que parecían que nos iban a atrapar.

Ya luego me percaté que todo estaba en la imaginación de cada uno y desaparecieron los miedos.

Un abrazo.

Juan Antonio

maracuyá dijo...

GAMAR
tranquilito!!! No entres en pánico, andá a escribir algo tan bien como sólo vos sabés hacerlo, que ya están viniendo los bomberos...
ay ay ay...ese miedo tienen todos los artistas, y conozco algunos que rompen nomás, y nos privan de una delicia...

Besos

maracuyá dijo...

jajjaja....de minifalda BORRAESO!!!
ni pensarlo en mi niñez. Las minifaldas las empecé a usar a partir de los dieciocho y con ese vestido de comunión se podrían haber confeccionado diez minis...qué descocadas!!!
Al confesionario chicas, por provocativas!

También yo conozco sacerdotes que son un gusto.

maracuyá dijo...

ay JUAN ANTONIO, pero vos también te metías en la boca del lobo...
viste esa atracción que tienen los monstruos, los fantasmas...dan miedo pero uno los quiere ver...
y si de pronto crees que..ahí está!!! no te alcanzan las piernas.

Gracias Juan...tus recuerdos de la niñez me provocan la misma sensación, los vivo.

Besos

Andrea Breq dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Andrea Breq dijo...

( supongo que es la diferencia horaria que hace entorpecer más de la cuenta los dedos....ajajaj!! he necesitado volver a escribirte para que tenga un poco de sentido)

Me ha encantado dar marcha atrás en la historia y revivir contigo ese momento....es de una delicadeza que te es muy propia ( según he podido leer) de pequeña no recuerdo tener un miedo a algo en concreto, si, quizás la oscuridad y tener que andar por sitios solitarios ( al menos desde la perspectiva de la infancia)
Hoy lo he superado (creo) aunque provoque una y otra vez, esa misma descarga de adrenalina que cuando apenas pasaba el metro y pico de altura.

José Luis López Recio dijo...

Precioso, de verdad. Bonito en las palabras y en las imágenes. Por cierto, ahora mismo no recuerdo yo algún miedo, seguro lo hay, pero debo tenerlo muy escondido que ni yo me acuerdo.
Saludos

Marysol Salval dijo...

Qué bonita te ves en las fotos, y tus recuerdos, también bonitos, a pesar de aquel miedo terrible del abandono.
Si yo te contara de mis miedos, querida Susi, quedaría sin dedos para ennumerarlos...Sufrí mucho en la niñez, fui una niña solitaria y triste...Pero esa es una historia larga que algún día te contaré..Será que tengo miedo de contarla..jaja...tal vez...
Besitos, venir a verte es una caricia para mi alma.

Nerina Thomas dijo...

Amor!!!
Me lastimaron tus miedos. Pero como conozco eso de que contas con una familia espléndida, ya se me pasó.
No cuento con miedos de nada. La vida mia ha sido un aprendizaje el cual conocerás en mi novela ya próxima a conocerse.
El miedo no existe Susi, se crea.
La fe con que llegué a la tierra, me ha dado siempre:"fuerza,coraje".
Y asi transito la vida.
Te quiero amiga!!!

Juan Duque Oliva dijo...

Vaya historia, me alegro qeu se quedara todo en un recuerdo.

Estas preciosa en las fotos

Doctor Krapp dijo...

Yo me alegro mucho que desvelando tus fantasmas hayas conseguido desvelar muchos de los otrso fantasmas que hemos sufrido los que estuvimos sometidos a severas dietas de religiosidad católica. Los miedos infantiles relacionados con la religión y subsiguientemente con la idea del pecado y de la muerte, nos han atenazado a todos nosotros, nos han sumido en un vergonzante sentimiento de culpabilidad que aun de adultos nos sobrecoge impidiéndonos liberarnos de sus absurdas secuelas.

maracuyá dijo...

ANDREA
los sitios solitarios, de noche, aún me siguen dando miedo...
de niña no los transitaba, claro.
Por ejemplo me dan miedo los estacionamientos...siento como que hay alguien más, escondido, y me a atacar en cualquier momento...ayyyy

Gracias. Besos

maracuyá dijo...

JOSELO
cuando comiences a recordar vas a encontrar más de uno...como me ha pasado.
Un abrazo

La Turca y sus viajes dijo...

Hola!!!!!!!!!!!

Si vas a Córdoba por la ruta 19 pasas a 5 Km., corregí eso en mi post, gracias por tu pregunta.

Mí miedo, era simpre escuchar pasos detras mío, hasta que me dí cuenta que eran los mios. Jijijijiji

Paso a dejarte un saludo humedecido, ya que aquí en el campo esta lloviendo, con lo necesaria que es la lluvia.

Un besote y abrazo de oso.

maracuyá dijo...

MARYSOL
no sé si es miedo a contar...muchas veces las cosas son demasiado dolorosas y cuesta hablar de ellas, me pasa con algunos hechos que no pertenecen a mi infancia.
Luego que las dices sientes algo de alivio, pero eso no se puede forzar...te llegará el momento.
Si puedo ayudarte, aquí siempre estoy.
Quiero decirte que tú has sabido capitalizar lo mejor de aquella triste experiencia...eres una gran mujer!!! Y tu niña me inspira el mismo abrazo tibiecito que le hubiera dado a la mía.

Un abrazo apretadito

maracuyá dijo...

NERINA
amiga...te admiro mucho!!!
sos un roble.
He tenido fuerza para tomar decisiones y superar momentos muy difíciles, pero no puedo negar que algunos miedos tengo.

Sabes que espero tu novela con muchas ansias.
Besossssssss

maracuyá dijo...

JUAN LUZ
la Susi pequeña te agradece el piropo.
No tengo muy claro si los motivos de los miedos infantiles no son un antecedente de los actuales...quién sabe.

Besitos Juan

maracuyá dijo...

DR. KRAPP
el resabio de aquellas ideas perversas que nos inculcaron es una marca de fuego.
Las habremos analizado, resistido, rechazado, pero siguen ahí como un rescoldo que en algunos momentos se enciende en culpas, en miedos, enturbiando muchos hechos de nuestras vidas.
Ojalá hubiese logrado desvelar a todos mis fantasmas Dr. Krapp...los enfrento, pero existen y me dan pelea.

maracuyá dijo...

COMÚN
gracias, tomo nota.

Llueve con muchas ganas aquí también...si sigue así hasta la noche, será especial para escuchar pasos detrás nuestro...Uhhhhhhhhh

Cariños

·÷±‡± ghost ±‡±÷ dijo...

y para completar aqui viene un fantasma autentico y se le paran los pelos de punta a todos
buuuuuuuuuuu
saludos.

mikelbruno dijo...

Te leo. besos

maracuyá dijo...

AAAAhhhhhhhhhh!!!! GHOST
eras vos!!!

quiero que todos los sustos sean como tus poesías.

Besos fantasma

maracuyá dijo...

Gracias...
más besos

me gusta la nueva foto.

ev dijo...

Hola Mara!!! ya vine!!!
Me encantó, y me agrada que te gustara el ejercicio. Tremendo miedo padecías. Qué bueno que lo superaste, ambas pruebas y sobreviviste para compartirlas ahora, me gustó mucho el detalle del relato y las fotos, muy bueno..., gracias por apuntarte.
Estuve de paseo en la playa y desconectada de Internet, por eso un poco ausente.
Un abrazo

Tumulario dijo...

No te lo vas a creer, pero yo no recuerdo que tuviese miedo a nada cuando era pequeño, fuí eso que se dice un niño feliz, quizas tenga que ver que fuí el tercero de nueve hermanos, y eso ayuda, siempre tenía un hermano mayor y alguno pequeños desde que tengo unso de razón (al siguiente de mis hermanos le llevo 22 meses).
Quizas eso me ha llevado a ser como soy, o quizas no, pero la verdad es que no recuerdo nada a lo que tuviera miedo cuando era pequeño, los miedos, al igual que el conocimiento, los fuí adquiriendo con la edad.

maracuyá dijo...

EV!!! te extrañaba!!!
qué bueno que paseaste. Gracias a vos porque buscando miedos recordé un montón de cosas lindas también.

Un besooooo

maracuyá dijo...

Pero ningún, ningún, ningún miedito TUMULARIO?
Mirá que yo tuve que pensar muuuucho...es que ha pasado tanto tiempo!!!...y después encontré varios.
Qué lindo tantos hermanos...

Besitos

maria varu dijo...

Hola Mara, me gustó tu relato y tu buena memoria de detalles, celebro que esos miedos se quedaran atrás, aunque otros nuevos surgieran, pero imagino que eso es humano y todos tenemos algun que otro resquicio de temores del pasado.
Por la foto te diría que debió ser un día de Primera Comunión por todo lo alto, lucías muy hermosa.

Un abrazo Susi.

María

maracuyá dijo...

ayyy María, viste que cara de susto tengo? Tenía miedo de verdad
¿qué era eso de que Dios iba a estar dentro de mí?...que tenía que comérmelo? y si lo lastimaba? con qué se iba a encontrar Dios?
Mucho susto...

Petonets

Tumulario dijo...

Por increible que parezca, no puedo recordar nigún miedo de cuando era pequeño, quizas es que era ignorante de tantas cosas, solo me preocupaban cosas como jugar, estar con mis hermanos, estudiar (siempre fuí de sacar buenas notas - mis hermanos dicen que demasiado buenas-).
Caundo me hice mas mayor (13-14 años) es cuando recuerdo mis primeros miedos.
En cualquier caso gracias Mara, me has hecho recordar una epoca que solo me trae buenos recuerdos y eso siempre es de agradecer.

Colo dijo...

Ay Suuuu que hermoso relato y las fotos me mataron!

Sabes que no recuerdo miedos de mi infancia, no habré tenido? o se borraron de mi mente?

prometo pensar y si recuerdo regreso a contar!

Un besote

maracuyá dijo...

Entonces tus hermanos tendrían miedo a las comparaciones TUMULARIO...me gusta haberte hecho recordar lindas cosas.

Besos

maracuyá dijo...

hola COLO...
creo que sí, que los temores infantiles existen, lo que pasa es que luego son reemplazados por otros más preocupantes y aquéllos nos parecen ´menos importantes.
Me parece...
Espero tus mieditos

Un abrazo muy grande

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Le temía al debajo de la cama, hasta que la llenaron de cajas.

Le temía a las puertas abiertas en la oscuridad de la noche.

Le temía a la muerte de mi padre, pero duró bastante más que la de cualquier otro niño. El mío era Oficial de Policía.

Le temía a tantas cosas...

Luis Antonio dijo...

Conmovedora historia la que nos cuentas, Mara y Cuyá. Me sorprende tu memoria privilegiada y la precisión con que evocas aquellas lejanas vivencias.

Yo, aunque viví en la misma circunstancia histórica -franquista y clerical- que algunos comentaristas que me han precedido, no sufrí esa opresión religiosa que algunos mencionan. Viví en un pueblo, estudié en un colegio mixto -algo inédito en aquella época- y el párroco debía mirar hacia otro lado, porque la verdad es que de chavales nos colábamos sin apenas dificultad en el cine, aunque las peliculas no eran toleradas para nuestra edad...

Un abrazo, niña angelical

·÷±‡± ghost ±‡±÷ dijo...

hola, vengo a traerte un regalo, me dieron un premio y lo quiero compartir con todos mis amigos.
gracias y abrazos.

maracuyá dijo...

RELATO comprendo tu miedo...es una profesión de alto riesgo la de tu papá.
Me has hecho reír con el temor a debajo de la cama y las cajas...recordé que a mí también me daba cosita asomarme por ahí...
Gracias...un cariño

maracuyá dijo...

LUIS, hay hechos que nos han impresionado tanto que no los olvidaremos nunca, a otros los armamos con lo que nos han contado sobre ellos...para mí lo del sanatorio y las pruebas de catecismo ha sido fuerte, porque lo tengo grabado.
Sí que era diferente, y es, la vida en los pueblos pequeños, yo pasaba los veranos en el pueblo donde nací y tengo unos hermosos recuerdos de entonces.
Qué lindo haber estudiado en un colegio mixto...yo en uno de señoritas. A la salida esperaban los chicos a las novias...cuántos recuerdos!!!

Besooos

maracuyá dijo...

Gracias ghost

mis artesanias dijo...

Hola querida amiga Mara, que hermoso relato, y cuantas cosas de la niñez en especial los miedos quedan grabados para siempre, te cuento que mi mayor temor era a la oscuridad, tenía pavor, veía sombras, todo lo que mi mente se pudiese imaginar y así fue que siempre dormí con la luz prendida, es mas hasta el día de hoy si por alguna circunstancia me tengo que quedar sola en mi casa y es de noche, no dejo ni una habitación de la casa a oscuras.
Muchas gracias por pasarte siempre por mi rinconsito y dejarme lindas palabras.
Un abrazo grande.

ev dijo...

Hola Mara
He puesto Aposentos de nuevo público, por si me quieres agregar a tu lista de Blogs para más facilidad de acceso.
Beso

maracuyá dijo...

Ev....me encanta saberlo!!!
Besos

maracuyá dijo...

MARÍA ADELINA...mirá qué extraño, que aún conserves miedos de la infancia...hay una niña en vos, y en todos.
Gracias a vos por las palabras tan gratificantes que siempre ponés en tu rincón.
Un abrazo

Fauve, la petite sauvage dijo...

¡Qué rica! Estás preciosa y el relato es tierno a más no poder. A mí también me ha hecho personalizar y evocar mi infancia, que son recuerdos de un patio de Sevilla... ;-) y del Parque de María Luisa, donde también tenía miedo a las palomas pero jamás podrían haberme hecho una foto así ya que desde que entraba en esa zona hasta que salía no paraba de correr y agitar los brazos para que no se me posara ninguna encima. Y mira que me gustan los animales, pero los aleteos y eso me da... grima, no sé, a mi padre también; nos da un escalofrío, no sé si lo he "heredado" o copiado.
La Primera Comunión la hice "de monja", también en Sevilla, donde nací y me crié, aunque ya no llegué a hacer la confirmación...
A todo esto yo a lo que venía era a darte millones de besos y a admirar las maracuyás preciosas que "tenés", quizás aquí pueda encontrar alguna, no tengo ni idea pero lo intentaré y así te tendré en mi casa ;-)

Lady Pirata dijo...

Primero, Mara, te doy el premio del TACONAZO, a tí también.

¿Pero que es esa hierba que ingeriste?
Tus motivos tienes para haber sido asustadiza, enfrentarse a algo así de pequeña debe ser tremendo.

El dulce de leche, es mi favorito y el mate me encanta ;)

¿Miedos de pequeña?
Ninguno, más bien era lanzada y me gustaba el riesgo, fue de mayor cuando empecé a tener miedo a casi todo, con ayuda lo estoy superando, pero de niña... ¡Ja! Era una valienteee :)

Tu traje de comunión es precioso;
Fíjate Mara, que en España a las niñas de la generación de mis hermanas las hacían vestirse de monjas para hacer la 1ª Comunión, menos mal, que a mi no me tocó esa época.

Ev, sí, también me la imagino con voz dulce y sosegada, pero cuando se "enhueva" como dice ella, no sé yo, no sé yo.

Besos y gracias por comentar en las nieblas, Mara :)

maracuyá dijo...

hola FAUVE...qué lindo verte!!!
De monja? Ahora superpongo las dos imágenes y veo a una monja, con el hábito levantado, corriendo para que no se le posen las palomas, y sonrío.
Gracias por los millones de besos.
Me encantaría tener una maracuyá galleguiña, así que...a buscar!!!
Aunque ya sabes que igual me tienes en tu casa...a veces escondida, pero ahí. O nos encontramos en casa de amigos...y es lindo.

más millones de besos

maracuyá dijo...

NEBLINA
gracias!!! mirá que me lo traigo. Es que me pierden los zapatos, ya lo he contado varias veces acá, jajaja.

Es ligustrina, altamente tóxica. Pienso que debe haber tenido un sabor horrible!!! No sé, no volví a probarla.

No me digas que te gusta el mate. Y lo tomas? Por ahí hay algo que escribí sobre el mate...bueno, no son solo los zapatos, también el mate.

A mi hermana también le tocó la comunión de monja, pero yo soy mayor que ella.

Sabes Neblina, a veces Ev y yo estamos encerradas en la misma cáscara...ahora tienes dos no sé yo....qué peso!!!

Yo te agradezco a ti haber venido...me gusta mucho lo que escribes. Te traeré a mis blogs favoritos, si no te molesta.

Besos

Fauve, la petite sauvage dijo...

Por mucho que pienso sigo sin acordarme de cuáles eran mis miedos (porque digo yo que los tendría, o a lo mejor es que no); pero con lo de la promesa de tu madre me he acordado de que el parto de mi nacimiento fue difícil y tuve que salir con forceps, así que parece que no tenía muchas ganas de venir a este mundo; quizás por eso me gusta tanto llevar la contraria,,, y además de segundo nombre llevo el de la Virgen de la clínica en la que nací, por una promesa de mi abuela materna que rezaba horas y horas en la capilla mientras yo bromeaba con el doctor retándole a sacarme del sitio tan acogedor en el que estaba.
A ver si te encuentro por aquí, ya te siento siempre pero me gustaría "verte" y mientras no pueda ser efectivo ese será el término medio.

Fauve, la petite sauvage dijo...

Aaaaaaaaaaaaah, y que me he partido de la risa con tu imagen de mí corriendo con el vestido de comunión escapando de las palomas, jajjaj, pero eso no era miedo, ¡era terror!

Por cierto, el traje era muy bonito y sencillo y el significado era como para resguardar el verdadero significado del acto -que ni eso me sirvió, pero bueno, así es la vida.

maracuyá dijo...

FAUVE
ya me ves que a veces ando silenciosa, pero ando...
sabes que me gusta mucho "verte" en este "mientras tanto".Te extraño cuando no te veo.
y el término medio..lo lograré? ando en eso, pero me distraigo siempre.

Tu traje que resguardaba el acto, y el mío, aparatoso, que pretendía mostrarlo especialmente...eran trajes. Ninguno sirvió...así es la vida