lunes, 30 de noviembre de 2009

En la selva de Quiroga. La Selva Paranaense en peligro.

TORMENTA EN MISIONES
EL CIELO RUGE Y SE DESPLOMA POR ALGUNAS HORAS

"El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes altas, de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única."
A la Deriva – Horacio Quiroga

Fue con él que comenzó mi idilio con la selva paranaense. Fue Horacio Quiroga quien trazó en mi fecunda imaginación de adolescente los bosquejos del Paraíso. De su mano, desde río arriba andando miles de kilómetros hasta mi orilla, el Paraná me traía el susurro de la tierra colorada, de la selva que alguna vez estuvo más cerca.
La naturaleza es hostil en la literatura de Quiroga. Cuentos de horror y de muerte imaginó en este ambiente exuberante. Repetidamente se ha dicho que Quiroga narró la experiencia de los hombres enfrentados a la hostilidad de la naturaleza. Humildemente creo que Quiroga fue un visionario...y contó la reacción de la naturaleza enfrentada a la hostilidad de los hombres.


LA NATURALEZA


ENTRE LOS TANTOS BRAZOS DEL IGUAZÚ, ANTES DE VOLCARSE EN LOS IMPRESIONANTES SALTOS.

No sirve registrar cuántas son las especies de mariposas, aves, mamíferos, reptiles, peces, árboles, arbustos, helechos, orquídeas y toda la vida que quieran imaginar. Transitar la selva paranaense desprecia a cualquier número. Como si una varita mágica despertara todos nuestros sentidos al unísono y armónicamente, la selva nos impregna con su vigor. Los oídos se embelesan con el canto de infinidad de pájaros y el sonido del agua que corre para luego desbarrancarse estruendosamente. Entonces una nube espesa de mariposas se eleva frente a nosotros en vuelo multicolor y la piel es una fiesta, se posan en cada lugar que llevamos sin cubrir y hasta cubierto, los brazos, el rostro, las piernas, la espalda; buscando la sal de nuestro sudor, nos regalan una suave caricia recordándonos que no es un sueño, que ahí estamos deseando tener ojos inmensos, de mirada larga y penetrante, para atravesar con ellos la intrincada fronda donde la energía de la vida se agita con mil veces más fuerza de la que somos capaces de captar…



SOBRE EL TRONCO, HUEVOS DE MARIPOSAS




...se presiente en ese interior la existencia de monos, de ocelotes, de mamíferos de hábitos nocturnos como el hermoso yaguareté, y un estremecimiento nos sobrecoge. Embriagados por el aroma de la tierra mojada, de las flores, de la humedad que va dejando en la boca el dulzor del Iguazú y del Paraná, algunos vamos tomando conciencia del impacto que provoca nuestra presencia ahí…sin haberlo pensado en el momento, al recordar, sé que los pasos se fueron haciendo leves y los inevitables comentarios, susurros. Hago mi “mea culpa”, adicta al fin no pude evitar un par de veces, al llegar a algún claro, privarme del nefasto placer de un cigarrillo.



LOS AMIGABLES COATÍES SE CRUZAN CON FRECUENCIA EN NUESTRO CAMINO. LES GUSTAN LOS DULCES, PROHIBIDÍSIMO ALIMENTARLOS.

RÍO ABAJO NAVEGANDO LOS RÁPIDOS DEL IGUAZÚ QUE DEMASIADO PRONTO, PARA NUESTRO GUSTO, SE TRANSFORMA EN UNA CALMA CORRIENTE. Sin ese marco fascinante, la magnificencia de las Cataratas del Iguazú quedaría opacada. En fin, la selva paranaense provoca una deliciosa borrachera cuya resaca durará toda la vida. Me prometo volver a beberla…mucho quedó por descubrir.


Pido disculpas por la pobreza de las fotos y las palabras. Grito pidiendo ayuda para enriquecerlas; si alguno de ustedes me envía las suyas, prometo hacer con ellas otra entrada.

EL HOMBRE

¿Podría alguien tener la apocalíptica visión de la desaparición de esta maravilla? Sin embargo muchos de los parajes que describió Quiroga y que inspiraron sus magníficos cuentos, ya no existen.
Siento que esta entrada no estaría completa si no transcribiera algunos fragmentos de una nota que Martín González escribió para Red Yaguareté, “Corredor Verde, última esperanza del yaguareté en Misiones”

"Lo que hoy es conocido como “selva misionera”, es en realidad porción de uno de los ecosistemas más importantes, en lo que respecta a biodiversidad, que existen sobre nuestro continente. Más específicamente es “Selva Paranaense”, bosque subtropical húmedo de rica diversidad de especies, aunque no es exactamente Selva Amazónica.
La Selva Paranaense se extendía sobre los territorios del sur de Brasil, sobre la actual República del Paraguay, y en Argentina abarcaba toda la provincia de Misiones, norte de Corrientes y la zona de transición con la región chaqueña (distrito de los campos), siendo esta última la más arrasada por los avances de la civilización.
En el Cono Sur sólo queda el 10% de esta selva, sita en los territorios ya mencionados, aunque algunos países han conservado mejor el ecosistema que otros:
-Brasil, 5% de la superficie total.

-Paraguay, del 13 al 20%.

-Argentina, aún posee el 45% de la Selva Paranaense, aunque en franco retroceso. Son en total, 3 millones de hectáreas de selva, pero tan sólo 500 000 (el 15%) se hallan protegidas...

...Salvar, o al menos trabajar por esta selva, último pulmón del país, significa dar contrapuestos. Significa conservar un último reservorio genético y medicinal para las enfermedades que existen y existirán, significa evitar que nuestros hijos reciban una tierra que no merecen recibir, devastada, humillada. Significa asegurar la casa de sus dueños, los seres vivos en general, ya sean animales u hombres: la naturaleza no hará distingos cuando quiera hacer justicia..."

La foto satelital muestra los estragos. La zona en verde intenso, en la parte inferior derecha, muestra la provincia argentina de Misiones, bien delimitada por los ríos que la rodean. Una pequeña "colita" hacia arriba a la derecha, es lo que queda de la selva paranaense en Brasil. A la izquierda de Misiones, Paraguay, ¿ven ustedes verde intenso?

Cuando se piensa en el 90% que ya no está, da escalofríos.

El punto amarillo marca la triple frontera, Argentina, Brasil y Paraguay, en la desembocadura del Iguazú en el Paraná. Allí fue tomada la foto de abajo, desde el Puente Internacional que une las ciudades de Puerto Iguazú (Argentina) y Foz do Iguaçu (Brasil).

Me quedan dudas sobre el significado de una palabra...¿civilización?

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Impresiones sobre paisajes

Quebrada de las Conchas

Cuando contemplo la quietud de la inmensa roca encumbrada o la vastedad del mar en continuo movimiento, me sobrecoge una percepción de finitud y pequeñez que contrasta con la permanencia y la grandiosidad del paisaje, es como cuando observo un cielo estrellado lejos de la contaminación lumínica de las grandes urbes. Aunque sea en grado mínimo, llevamos siempre una cuota de egocentrismo que nos señala como referencia en el tiempo y el espacio. Es inevitable entonces, en medio de esa majestuosidad abrumadora, sentir los límites de la propia existencia.


Quebrada del río Las Conchas



El paisaje impone su superioridad apabullante, siento el paso de los siglos, quizás desde su mismo origen y mucho más allá del día final de mi vida. Es una sensación que desconcierta; maravillada y conmovida ante aquella majestuosidad, me disgrego de ella, tal vez por la imposibilidad de abarcarla desde el sentimiento de mi insignificancia.



Andes de Mendoza




Purmamarca




Tilcara




Paleta del Pintor - Maimará


En cambio con otros paisajes me sucede lo contrario. Siento que me guían hacia su interior, se entregan a mí, me atrapan y me integran. No tiene que ver con la belleza, ambos pueden ser asombrosos y fascinantes, son diferentes impresiones. ¿No les pasa?




Quebrada del Río San Lorenzo
Selva montana, perteneciente al bioma Yunga





Les cuento esto porque en la próxima entrada, cumpliendo una designación y recordando momentos imborrables, les hablaré de un lugar increíblemente hermoso, en el que he vuelto a experimentar esa recíproca posesión. Ténganme paciencia, las palabras fluyen sin orden todavía.

Imágenes de Argentina
Fotos mías, que me costó seleccionar. Quería poner un millón.